25 ago 2005

Vuelve el agua al pantano

Algunos creen que fueron el escenario del bíblico Jardín del Edén. Fueron desecados a comienzos de los noventa. Ahora, los pantanales de Irak vuelven a sus tiempos de gloria.

Bajo el gobierno de Saddam Hussein el área de los pantanos se redujo a un 10% de la originalmente existente. El costo ecológico fue enorme.
El mandatario castigaba a las personas que vivían en ellos bajo los cargos de rebelión. La perdida cultural y moral, irreparables.
Pero ahora parece ser un buen momento para los pantanos.
Según las Naciones Unidas, el 40% del área ha vuelto a ser lo que era. Los proyectos de sanidad y de agua potable están en proceso pero el restablecimiento total del lugar tomará muchos años.

La destrucción de una forma de vida
El pantano cerca de la confluencia de los ríos Tigris y Eúfrates fue la primera víctima de los planes de desecamiento en los años '50. Pero una amenaza más grande llegó en los noventa.
El entonces gobierno de Bagdad empezó a construir una red de diques y canales para desaguar a los pantanos que en un comienzo se extendían por más de 9.000 kilómetros cuadrados.
Imágenes satelitales de 2002 muestran que el área se redujo a sólo 760 kilómetros cuadrados. Cerca de 70 mil personas fueron condenadas a vivir en campamentos en Irán o refugiarse en otras esquinas de Irak.
"La destrucción de casi todos los pantanos durante el gobierno de Saddam Hussein fue un desastre ecológico y humano considerables. Se robó a los 'árabes de los pantanos' de una forma de vida y cultura de siglos", dijo Klaus Toepfer, director ejecutivo del programa medioambiental de las Naciones Unidas, UNEP, por sus siglas en inglés.
Toepfer agregó que "se les privó de comida como el pescado y del recurso natural más crucial, el agua".
Chizuru Aoki del UNEP en Irak le dijo a la BBC que la situación cambió rápidamente con el fin de la era de Saddam Hussein en abril de 2003.
"Inmediatamente después de la caída del régimen, los lugareños empezaron a agrietar los diques que le quitaban el agua a los pantanos y volvió el agua a las áreas desecadas".
Imágenes actuales muestran una recuperación del 37% de los pantanos.
Pero el agua para el pantano es sólo parte de esta historia. La gente que ha regresado a su hogar original necesita agua potable, servicios sanitarios y una fuente segura de alimentación.
Con la donación de 11 millones de dólares estadounidenses de Japón, el UNEP está trabajando de la mano con agencias locales para hacer disponibles esos servicios.
"La mayor necesidad es de suministrar 'tecnología verde' para proveer agua potable", dijo Chizuru Auki.
Auki asegura que usar plantas para purificar el agua es una buena alternativa.
"Los juncos o cañas por ejemplo van a extraer del agua contaminantes como el nitrógeno y el fósforo y los usa como nutrientes".
Aún resta por hacerse una evaluación total del área y Naciones Unidas están concientes que el proceso es largo.
Lo cierto es que ya se empezó con la recuperación parcial de un espacio rico, no sólo de la geografía iraquí sino también de su cultura milenaria.

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